Ser o no ser... periodista
Leo comentarios a un minipost escrito por José Roberto Duque en "La casa del perro" y me sorprendo de que aún exista gente que para criticar a un comunicador social como JRD se regodeé diciendo: "... es que ni siquiera es periodista", pensando que va a desacreditarlo porque no es graduado de una de las Escuelas de Comunicación Social de nuestro país.
¿Quién puede pensar aún que ese estúpido señalamiento es un insulto? Hoy en día, con la proliferación de medios alternativos (como los blogs) y la transformación vertiginosa de los medios tradicionales, la situación se hace muy compleja, lo cual obliga a graduados y no graduados en Comunicación Social a reflexionar sobre lo que significa ser o no ser periodista. La Ley del Ejercicio Profesional del Periodismo, en su artículo 3, establece que "el ejercicio periodístico comprende aquellas funciones propias del periodista en el ejercicio de su profesión, es decir, la búsqueda, preparación y redacción de noticias; la edición gráfica, la ilustración fotográfica, la realización de entrevistas periodísticas, reportajes y demás trabajos periodísticos, así como su coordinación en los medios de comunicación social impresos, radiofónicos y audiovisuales, agencias informativas, secciones u oficinas de prensa o información de empresas o intituciones públicas o privadas".
Hoy en día, estas funciones las cumplen muchos profesionales (graduados y no), incluso de campos o disciplinas a primera vista disímiles al "periodismo", pero que en muchos casos en vez de marginar, empobrecer, dilapidar, etcétera, etcétera, la labor del periodista, lo que hace es enriquecerla, nutrirla; y, a mi modo de ver, lo más importante: le plantea al periodista profesional un reto enorme. Porque es un gran reto para cualquier graduado de una institución universitaria que imparte la carrera de Comunicación Social, salir tan bien preparado como un historiador, un politólogo, un sociólogo, un psicólogo social, un filósofo, en fin, que una vez graduado cuente con el bagaje informativo, la capacidad de análisis de la realidad social y el capital intelectual que ofrecen otras profesiones y que, en muchos casos, no están en las ofertas curriculares de nuestras escuelas.
En otros países, la llamada "colegiación" consiste en que cualquier profesional, de cualquier área (incluso no humanística) que cumpla con un curso y la aprobación de un examen pueda ejercer el periodismo. Aquí en Venezuela, y con el respeto que se merecen quienes lucharon por la aprobación de la ley vigente en contra de los intereses maquiavélicos de los editores, dueños de empresas periodísticas y explotadores, sigue ocurriendo una especie de aberración que si bien contribuye a la protección del trabajo de los licenciados en CS y en que no se cumpla el interés diabólico de los editores de "cada vez tener menos periodistas", a su vez le da la espalda a una realidad. Cada vez, como dijo Ramonet, "los periodistas parecen estar en vías de extinción", pues nadie los quiere.
Ahora, la paradoja está (y es lo que no logran ver algunos) es que a los periodistas nadie los quiere, en el momento de más auge del periodismo. Porque un historiador en el periodismo fortalece a este último, pero pone en peligro la profesión. Esa es la creencia, pero que lamentablemente tiene un fundamento y es que si el periodismo lo hicieran sólo periodistas no fuera lo que es hoy en día. Es imposible negar el ejército de profesionales, personas sensibles y concientes, que está tras el éxito periodístico en la sociedad contenpóranea. Es ingenuo pensar que los grandes medios (nacionales e internacionales) sólo lo producen periodistas. O, peor aún, creer que ese gran edificio que se llama Periodismo lo construyeron los graduados en una Escuela de Comunicación Social. Pregúntele a los García Márquez, pidánle su carnet de colegiación al fallecido Miguel Otero Silva o su título universitario a todos los que hicieron posible el Periodismo.
El reto es que los periodistas profesionales asuman con conciencia esta realidad y luchen, no por sacar del camino a los otros profesionales, sino por prepararse tan bien como ellos para no poner en peligro la profesión. Quienes atentan contra el periodismo no son los profesionales de otras disciplinas "que nos invaden" sino los profesionales del periodismo que no se preparan, que no son acuciosos, que no son curiosos, que perdieron la capacidad de asombro y que, lamentablemente, se creen más allá más allá del bien y del mal por poseer un título que a fin de cuentas, hoy en día, nada vale sin una preparación particular, una conciencia personal y social, un interés sincero por la verdad y un amor real y sin posturas por una de las tareas más hermosas del mundo: ser periodista.
Post-data del post: Este post inaugura o reinagura, mejor dicho, mi escritura en mi propio blog. Tal vez es una deuda con los alumnos y alumnas que me reclaman que "guindo" sólo cosas que bajo por ahí y que quieren leerlo o "escucharlo" a uno también. También es una deuda con los panas que veo que se esfuerzan escribiendo sus "propias cosas" en sus blogs y a mi, quienes me conocen, saben que mi escritura es algo tímida, a pesar de ser profesor de redacción. Por ahí van los tiros: los blogs deben hacerse con naturalidad y ligereza (sin descuidar el lenguaje) pero a mi me pesa eso. Disculpen lo malo.
7 comentarios
Marthy Barbera -
Inita -
Hace poco conversaba con un profesor sobre esto, sobre la necesidad de estudiar una carrera, ir a la universidad, o simplemente curtirme en la calle a punta de mucho empeño. Y él me decía algo: Años de academia no están allí para que los deseches, sino para que los aproveches. Ya tienes el oficio, ahora aprende el arte.
Lo que yo creo (cosa sin importancia, además jeje) es que si puedes conjugar dos beneficios, es mejor. Denigrar de una o de otra, del arte o del oficio, de la calle o del salón sólo te limita.
Pd: Ni que decir de la felicidad que me da verte animado con el blog :)
LuisCarlos -
Para no repetir los puntos que apoyo, aviso que para el International Center for Journalists e incluso para la CIDH en su capítulo sobre Libertad de Expresión, exigirle colegiación o licencia o demás perolero burocrático a un periodista para que ejerza, constituye una limitación de la Libertad de Expresión... ¿no les suena?
Pues es así. Y recuerdo que a esas instancia se recurre ocasionalmente para denunciar las violaciones del Estado venezolano... es decir, no es un organismo "parcializado" con algún ala... sino con los derechos de la ciudadanía.
Eso por el lado jurídico.
Por el lado personal, que se vaya un poquito a la mierda quien cree que así se descalifica a alguien.
Antonio Núñez Aldazoro -
El Cahmo del 114 -
Cuando egrese con el título de licenciado sé que no entraré en el grupo de los que se creen dueños exclusivos del oficio. El periodismo no es un monopolio de pocos. Nunca ha sido así.
Hoy día me siento uno más de esos ilegales y, sin dudas, me gusta.
Antonio Núñez Aldazoro -
JRDuque -
Saludos, y gracias.