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Weblog del prof. Antonio Núñez Aldazoro (UCV)

¿Por qué yo no entiendo esa primera página?

¿Por qué yo no entiendo esa primera página? “Schumacher llueva o truene”. Con este título el diario deportivo Meridiano presentó a sus lectores la primera plana de su edición correspondiente al lunes 19 de marzo de 2001. Sin duda, este enunciado somete a una difícil prueba a cualquier lector de prensa, pues requiere, de parte del receptor del mensaje, un conocimiento previo de algunos elementos fundamentales para entender claramente el significado pretendido por el emisor.
¿Quién o qué es Schumacher? ¿Es una persona? ¿Es un lugar? ¿Por qué la lluvia y los truenos en el título? Estas son algunas de las interrogantes que el lector debe previamente contestar para lograr una relación coherente entre lo dicho y lo que se pretendió comunicar, y para que el proceso de comprensión del texto sea exitoso.
En el caso específico de este título de primera plana, ni siquiera los demás elementos del titular, en este caso el antetítulo y el subtítulo, aportan datos claves para lograr una comprensión total.

Antetítulo: Soportó el temporal y arrolló en Malasia
Título: Schumacher llueva o truene
Subtítulo: Primero con seis victorias seguidas en 50 años (Páginas 2 y 3)

Allí, el lector no especializado en periodismo deportivo, aun cuando logra determinar ciertas presuposiciones (Schumacher es alguien que soportó algo), necesariamente se formula nuevas preguntas, como ¿qué pasó realmente en Malasia? y ¿por qué esta persona es la primera “con seis victorias seguidas en 50 años”?
Sin embargo, no sucede así con el lector especializado quien, a pesar de las pocas pistas aportadas para entender el texto, sí alcanza de manera rápida y efectiva una comprensión total del título. “El piloto alemán de fórmula uno, Michael Schumacher, ganó ayer el Gran Premio de Malasia, a pesar de que estaba lloviendo durante la carrera”, fue la respuesta de algunos receptores especialistas en materia deportiva, consultados sobre esta primera plana.
A partir de esta breve reflexión, el trabajo que se presenta a continuación intenta responder la siguiente interrogante: ¿Cuáles son los elementos fundamentales sobre los cuales se basa el lector para comprender los títulos de las primeras páginas en la prensa especializada (en este caso deportiva)?
Para ello, se partirá de las nociones de inferencia (Shiro, 1990) y, especialmente, los aspectos del proceso cognitivo que experimenta el receptor (lector de prensa deportiva) para interpretar el significado pretendido por el emisor al momento de diseñar los títulos de la primera plana de un periódico especializado. Es decir, presunción de coherencia, principios de analogía y de interpretación local, características generales del contexto, regularidades del discurso, organización de la estructura informativa, cálculo de la función comunicativa, uso del conocimiento del mundo y determinación de inferencias necesarias (Brown y Yule, 1993). También se intentará explicar cómo se negocian dichos significados desde la perspectiva del principio de cooperación y la transgresión de las máximas conversacionales de Grice (1975).

Marco teórico

La lectura de los titulares de prensa especializada (deportiva, económica, científica e incluso de espectáculos) sirve para enseñarnos que no basta únicamente el conocimiento del idioma para lograr la comprensión de un texto. Títulos como “Maracanazo en Quito” (deportes) y “Divisas duras amenazan austeridad del hombre nuevo” (economía), como dijimos al principio, suponen un doble esfuerzo por parte del lector no especializado para descifrar cuál fue el significado que pretendió transmitir el emisor (en este caso, editor, periodista o jefe de información del diario) al diseñar el enunciado.
En los estudios formales de periodismo, apoyados en los denominados Libros de Estilo y los tradicionales Manuales de Redacción Periodística, la titulación de las informaciones, tanto dentro del periódico como en sus primeras planas, se ha caracterizado por una tendencia normativista que exige claridad en el lenguaje empleado y responder algunas de las clásicas preguntas del periodismo informativo (qué, quién, dónde, cuándo), para ofrecer al lector el mayor número de datos posible.

“Los titulares constituyen el principal elemento de información. Sirven para centrar la atención del lector e imponerle de su contenido... Los titulares han de ser inequívocos, concretos, asequibles para todo tipo de lectores y ajenos a cualquier clase de sensacionalismo. Asimismo, serán escuetos, aunque nunca se sacrificará la claridad expositiva a su brevedad, ni se eludirán las normas elementales de sintaxis castellana” (Libro de Estilo El País, 1996: 59)

“Cada elemento del titular es una oportunidad única para informar al lector y debe ser aprovechada eficientemente” (El Nacional Manual de Estilo, 1998: 13)

Por supuesto, estas son recomendaciones estilísticas para diarios de información general y es conocido que, efectivamente, existe “cierta” licencia en la prensa especializada para titular de una manera más connotativa que denotativa. Sin embargo, en el periodismo venezolano, en general, sin duda está ocurriendo un cambio significativo en el estilo de diseñar las primeras planas. Por ejemplo, últimamente el diario El Universal ha modificado radicalmente la forma de presentar su primera página y ha colocado títulos como “El gobierno sí lo sabía” (jueves, 15 de marzo de 2001), para referir un momento álgido del caso del guerrillero colombiano apresado en el país; y “El contralor decepcionó” (miércoles, 04 de abril de 2001), para reseñar el discurso del contralor general de la República, quien un día antes acudió a la Asamblea Nacional para entregar su informe anual.
En este contexto, la realidad de cómo se están diseñando los títulos de primera plana de la prensa especializada -y de la prensa en general- en Venezuela, se convierte en un interesante ámbito para el análisis del discurso, pues se levanta como una buena demostración del auténtico “lenguaje en uso”, en contraste con la tendencia normativa y estricta del periodismo tradicional.
Si la titulación periodística no tradicional, entendida como connotativa en contraste con la denotativa, está ocurriendo en la realidad, ello quiere decir que indudablemente tiene una aceptación general por parte de los lectores. He aquí el momento ideal para formular una vez más la pregunta planteada al principio: ¿Entonces, en cuáles elementos se basa el lector para comprender dichos títulos?
En primer lugar, debe tomarse en cuenta la capacidad del ser humano para inferir significados, más allá de las presuposiciones que pueda contener un enunciado lingüístico, en este caso un título de prensa. En el análisis del discurso, el concepto de inferencia se usa de manera constante y, tal como lo refiere Shiro (1990):

“... se define la inferencia como el resultado del proceso mediante el cual el receptor,
haciendo uso de ciertas estrategias, aporta algo al mensaje codificado para conferirle sentido” (Shiro, 1990: 6)

Eso “algo” que “aporta” el receptor para interpretar el mensaje dado es la información pragmática (Escandell, 1999), la cual se entiende como “el conjunto de conocimientos, creencias, supuestos, opiniones y sentimientos de un individuo en un momento cualquiera de la interacción verbal”.
Cuando interactuamos verbalmente activamos nuestros saberes socioculturales y nuestra experiencia previa para “rellenar” con ello aquellos vacíos que no son aportados por nuestro interlocutor.
En relación directa con lo expuesto, Levinson (1983, en Calsamiglia y Tusón, 1999: 190) propone la existencia de una presuposición pragmática la cual es inferida por el receptor a partir de los factores contextuales de la interacción verbal (relación entre los participantes, situación, marcos cognitivos compartidos, etc.) y el conocimiento del mundo o saber enciclopédico de los participantes.
Bajo estas propuestas generales se pueden inscribir los criterios expresados por Brown y Yule (1993) para entender cómo el lector de prensa alcanza ese significado pretendido por el emisor.
En primer lugar, estos autores explican que un elemento importante para la comprensión textual es la presunción de coherencia. En los titulares de prensa deportiva nos topamos con mensajes que no tienen forma de oraciones, y el lector establece relaciones o conexiones que les permite “reconstruir” el mensaje con cierta coherencia.

“Podríamos decir que, además de nuestro conocimiento de la estructura oracional,
poseemos también conocimiento de otros formatos estándar en los que se transmite
la información. También confiamos en un cierto principio que nos dice que, aunque
no haya relaciones lingüísticas formales que conecten cadenas lingüísticas contiguas,
el hecho mismo de su contigüidad nos lleva a interpretarlas en conexión. Fácilmente
llevamos a cabo todas las conexiones exigidas” (Brown y Yule, 1993: 277)

Por ejemplo, en el título referido al inicio de este trabajo, las conexiones son realizadas por los especialistas del periodismo deportivo:

“Schumacher (siempre gana las carreras de fórmula uno) llueva o truene”

También se deben tomar en cuenta los principios de analogía, de interpretación local y las características generales del contexto. El primero, según Brown y Yule, proporciona al usuario del lenguaje un “marco seguro para la interpretación”. Ello tiene que ver con las expectativas del participante y las inferencias que éste deduce a partir de las recurrencias en el discurso. En nuestro caso, todos los títulos del diario Meridiano son de deportes, lo cual lleva a sus lectores a la conclusión inmediata de que Schumacher es un deportista.

“Interpretamos el discurso a la luz de la experiencia pasada de discursos similares, por analogía con textos similares anteriores. La experiencia previa relevante, junto con el principio de interpretación local, llevará a los oyentes-lectores a tratar de interpretar enunciados sucesivos como si tuvieran relación con el mismo tema” (Brown y Yule, 1993: 92)

Aun cuando el principio de interpretación local sugiere una interacción verbal cara a cara (conversación), éste también es aplicable a la lectura de primeras páginas de prensa. Si los autores describen este principio como el que “insta al oyente (lector) a no construir un contexto más amplio del necesario para llegar a una interpretación”, ello nos sugiere que el lector inmediatamente revisa los elementos contextuales inmediatos al título (en este caso, antetítulo, subtítulo, sumario, llamado a la página interior e incluso revisión de la noticia en el interior del diario) para alcanzar el significado pretendido por el emisor. Aquí cobra fuerza la importancia del co-texto, es decir, de los textos que anteceden y siguen el texto analizado.
En cuanto a las características generales del contexto, es imprescindible retomar (tal como lo hace Brown y Yule) la propuesta de Dell Hymes (1972), uno de los fundadores de la etnografía de la comunicación, quien para el estudio del contexto de un hecho o evento comunicativo (aplicable 100% a la investigación de los procesos de comprensión en la lectura de los títulos de primera plana de los diarios) propone el análisis minucioso y por separado de los siguientes componentes: situación, participantes, finalidades, secuencia de actos, grado, instrumentos, normas y género (Hymes, 1972, en Tusón, 1997: 74).
Asimismo, Brown y Yule se refieren a las regularidades del discurso y de la organización de la estructura informativa, como “aspectos que el lector puede utilizar para la interpretación de un determinado fragmento discursivo”.
Sin embargo, los autores advierten que los lectores “poseen más saberes que el mero saber discursivo” y proponen la consideración de otros aspectos como el cálculo de la función comunicativa, para establecer “lo que hace” el emisor con ese enunciado lingüístico, para lo cual toman algunas nociones de la teoría de actos de habla; el uso del conocimiento del mundo; y, por último, la determinación de inferencias necesarias, que son los “eslabones perdidos” que debe aportar el lector para unir efectivamente esa cadena, para reconstruir el mensaje y lograr su comprensión.
También, para la comprensión de los significados pretendidos en la prensa especializada, resulta de una importancia capital conocer el denominado principio de cooperación de H. P. Grice (1975). Según Calsamiglia y Tusón (1999: 200), Grice ofrece una explicación a la manera como se producen las inferencias en la conversación, a partir de la comprensión de enunciados no convencionales “sobre lo que no está dicho pero que, sin embargo, se quiere comunicar”. Para Grice, todos contribuimos a mantener la conversación y para ello organiza dicho principio general en cuatro máximas: cantidad (suficiente y adecuada información), cualidad (veracidad), relación (pertinencia) y manera (claridad y orden), las cuales no son normativas o prescriptivas, sino más bien preceptos racionales a los cuales todos apelamos constantemente en nuestras interacciones verbales.
En la perspectiva de Grice, no importa exclusivamente la observación estricta de las máximas, sino (para algunos es lo más determinante) la violación de las mismas. En su planteamiento, transgredimos cualquiera de las máximas categorizadas, para provocar una inferencia, una implicatura, en nuestro interlocutor.
Traslado al texto escrito y específicamente a los titulares de prensa, éstos transgreden eventualmente las máximas para originar implicaturas en los lectores y, como lo expresa Calsamiglia y Tusón (1999: 202), reconstruir el significado implícito.

Conclusiones preliminares

No cabe duda que el lector de prensa especializada, para entender los titulares de primera página, apela a otras habilidades y estrategias, además del elemental conocimiento del idioma. Este conjunto de estrategias es parte esencial de un proceso cognitivo que se da en el receptor del enunciado lingüístico para darle sentido al mensaje y descifrar el significado pretendido por el emisor.
El conocimiento de estos aspectos es fundamental para el analista del discurso y el comunicador social, quienes deben conocer qué sucede en una interacción verbal, además de la simple decodificación de los mensajes o enunciados.
En Venezuela, los estudios sobre las primeras páginas y de la prensa en general, como formas de interacción verbal, siguen aferrados a modelos de investigación obsoletos que responden a realidades distintas a las que se viven actualmente y desconocen las nuevas metodologías aportadas por disciplinas como el Análisis del Discurso. La crítica no es reciente. El investigador holandés Teun Van Dijk, refiriéndose a la investigación sobre periodismo en general, así lo reconoce: “Muchos estudios sobre las noticias tienen una naturaleza anecdótica. Frecuentemente han sido escritos por ex periodistas que hablan de sus experiencias y aportan consejos amistosos a una crítica agresiva de los medios y sus noticias” (Van Dijk, 1980: 19).
Y en el caso específico del análisis de los titulares de prensa, a pesar de esfuerzos importantes (como el artículo La primera plana de los diarios como texto de Luis Angulo Ruiz, revista Mediática N°1, UCV, Caracas, 1998), nuestras escuelas de Comunicación persisten en los análisis cuantitativos que sólo toman en cuenta aspectos como el número de columnas del titular, la altura, la superficie, la ubicación en la superficie redaccional y, en cuanto a su contenido, se utiliza una clasificación limitada (Kayser, 1974: 164).
La realización de este breve trabajo podría ser el inicio de investigaciones posteriores más profundas y multidimensionales para tratar de entender la naturaleza de los titulares de prensa especializada en Venezuela y cuál podría ser el aporte del Análisis del Discurso, como metodología descriptiva, para responder preguntas que desde la perspectiva normativista de la enseñanza del periodismo aún no se han solucionado.
Sin embargo, para el asunto que nos ocupa, se propone un análisis integral de los titulares de primera plana del diario Meridiano, del lunes 19 al lunes 26 de marzo, aplicando algunos de los criterios de Brown y Yule (1993) señalados en el apartado teórico de este trabajo, a saber: presunción de coherencia, principios de analogía y de interpretación local, características generales del contexto, regularidades del discurso y el uso del conocimiento del mundo. Aspectos que, en definitiva, nos permitirá conocer los elementos fundamentales sobre los cuales se basa el lector para comprender los títulos de las primeras páginas en la prensa especializada en deportes. Asimismo, se determinará cuáles máximas conversacionales (Grice, 1975) son transgredidas en los titulares de prensa especializada para negociar su significado.

Análisis del corpus

Es una tarea bastante difícil “encerrar” en un análisis tan breve la naturaleza de los titulares de prensa deportiva en Venezuela. Sin embargo, desde una perspectiva general, se intenta describir cómo es posible que el lector de este tipo de textos, a pesar de la complejidad o la falta de información de los enunciados, logra un proceso cognitivo exitoso.
En primer lugar, debemos definir el lector óptimo de este tipo de enunciados. El lector de prensa deportiva es un especialista. Decimos esto, pues quien acude a un periódico especializado como el que nos ocupa (diario Meridiano), conoce con profundidad el fenómeno deportivo, es decir, las distintas disciplinas que se practican en nuestra cultura, los hitos históricos en cada una de éstas, sus principales protagonistas (en el pasado y en la actualidad), los últimos eventos realizados (nacional e internacionalmente), etcétera.
En fin, estamos ante un lector con un conocimiento agudo de los deportes en general. Quien compra y lee asiduamente el diario Meridiano, seguramente vio por televisión o escuchó en radio el evento deportivo al cual hace referencia el diario en su primera página.
Luego de definir el lector óptimo del diario Meridiano, debemos seguir con los otros criterios que nos permitirán entender cómo la negociación del significado pretendido por el emisor se realiza de manera exitosa.
Antes de eso, debemos recordar que fueron ocho los ejemplares del diario Meridiano que se estudiaron para este trabajo. Los mismos corresponden a la semana del lunes 19 al lunes 26 de marzo de 2001 y se enumeraron en orden del T1 al T8. Se tomaron en cuenta todos los elementos del titulares de la primera página y estos se utilizarán como ejemplos para ilustrar lo que a continuación se intenta explicar. Organizados por orden de aparición los titulares son los siguientes:

Lunes, 19 de marzo de 2001
T1 Antetítulo: Soportó el temporal y arrolló en Malasia
Título: Schumacher llueva o truene
Subtítulo: Primero con seis victorias seguidas en 50 años
Martes, 20 de marzo de 2001
T2 Antetítulo: Sensación criolla del Suramericano Sub–17
Título: ¡Evelio el crack!
Subtítulo: Venezuela conquistó el trofeo “Fair Play”
Miércoles, 21 de marzo de 2001
T3 Antetítulo: Los bolivarianos retos de la selección de fútbol
Título: Llueven ofertas al crack Evelio
Subtítulo: Se lo disputan Monterrey y Cruz Azul de México
Jueves, 22 de marzo de 2001
T4 Antetítulo: Cuatro jonrones y once empujadas
Título: Bob Abreu líder criollo
Subtítulo: De la temporada en Grandes Ligas
Viernes, 23 de marzo de 2001
T5 Antetítulo: Descargó cuarto jonrón en el spring training
Título: Galarraga atronador
Subtítulo: Empujó dos y anotó una en triunfo ante Filadelfia
Sábado, 24 de marzo de 2001
T6 Antetítulo: Hoy en el premundial europeo por Meridiano Televisión
Título: España con “furia”
Subtítulo: Raúl y sus fieras por las goleadas Liechtenstein
Domingo, 25 de marzo de 2001
T7 Antetítulo: La “azurra” convenció ante Rumania 2–0
Título: España e Italia ¡arrollaron!
Subtítulo: La “furia” goleó al Liechtenstein 5–0
Lunes, 26 de marzo de 2001
T8 Antetítulo: Marinos imparables, superó a Bravos 95–90
Título: Panteras ¡feroces!
Subtítulo: Barrió en la carretera a Trotamundos


Presunción de coherencia
El primero de los elementos planteados por Brown y Yule (1983) para lograr una exitosa comprensión del significado pretendido es la presunción de coherencia. Como indicamos en el apartado teórico de este trabajo, el lector óptimo de prensa deportiva, dada la naturaleza de este tipo de titulares, presupone que el enunciado, a pesar de la “presunta” incoherencia textual de algunos de ellos, sí posee un hilo conector invisible que le da coherencia al mismo.
Podemos tomar como ejemplos T1 y T2 (“Schumacher llueva o truene” y “¡Evelio el crack!”) en el que no existen, a decir de Brown y Yule, “relaciones lingüísticas formales que conecten cadenas lingüísticas contiguas”, pero los lectores hacen las conexiones pertinentes para entender el enunciado.
Ello fue comprobado con una consulta rápida a los periodistas del área deportiva del diario El Globo de Caracas (considerados en este caso como lectores óptimos), quienes se expresaron positivamente a la pregunta sobre si entendían el titular. En una discusión abierta, algunos reconocieron lo “agramatical” de los enunciados, pero admitieron lo “fácil” que resulta entenderlos.

Principio de analogía
Brown y Yule explican que podemos entender algunos enunciados a partir de las experiencias previas que tengamos con discursos similares. Por analogía, establecemos presuposiciones e inferencias determinantes que hacen que lo no dicho pueda inferirse desde lo dicho, pues los títulos del diario Meridiano siempre se referirán a eventos, logros o, en fin, a noticias deportivas.
Por ejemplo, desde T1 hasta T5 podemos inferir que la información nueva (los nombres a quienes se refiere el titular) pertenecen a deportistas (Schumacher, Evelio, Bob Abreu, Galarraga), dado que el periódico es de esa especialización temática. Y cuando no se trate de un ser humano, podremos inferir que si es un país la información nueva (T6 y T7: España e Italia) se trata de una selección nacional de un deporte en particular; y en casos de nombres como T8 (Panteras) se refiere sin duda a un equipo deportivo.

Principio de interpretación local
Brown y Yule describen este principio como el que “insta al oyente (lector) a no construir un contexto más amplio del necesario para llegar a una interpretación”. Como explicamos en el apartado teórico, es de suponer, según este principio, que lector inmediatamente revisa los elementos contextuales inmediatos del título (en este caso, antetítulo, subtítulo, sumario, llamado a la página interior, fotografías e incluso una rápida revisión de la noticia en el interior del diario) para entender el significado pretendido por el emisor.
En esta sección es fundamental el contexto lingüístico del enunciado. El campo semántico y léxico empleado en el enunciado, es decir, la revisión del contexto inmediato del enunciado (contenido en los otros elementos del titular), ayuda a que el lector reconstruya rápidamente su sentido.
Por ejemplo, en T4 y T5, inferimos que Bob Abreu y Galarraga (a pesar de lo obvio de sus nombres) son jugadores de béisbol, pues el léxico de ambos titulares presentan pistas inconfundibles sobre esa disciplina deportiva: jonrones, innings, empujadas, Grandes Ligas, etcétera.
En los casos de T2 y T3, un elemento importante constituye que ambos titulares, a pesar de la poca información que aportan, son apoyados por la fotografía principal de la primera página, en las cuales se observa al jugador de fútbol que resultó la estrella en los partidos celebrados en la víspera.

Características generales del contexto
Partimos de la propuesta de Hymes (1972), la cual establece que para comprender la naturaleza de una interacción verbal es necesario desglosar los elementos contextuales que la componen. Dichos elementos son situación, participantes, finalidades, secuencia de actos, instrumentos, normas y género.
Rápidamente, se puede esbozar las características generales del contexto de la lectura de titulares de prensa deportiva. La situación, identificada originalmente como la localización espacio-temporal y la atmósfera psico-social de la interacción, es básicamente en tiempo diferido, es decir, emisor y receptor no comparten el momento y lugar de la enunciación. Sin embargo, la situación prototípica de la lectura de prensa es la siguiente: el lector busca el diario para cumplir con el objetivo de informarse sobre algo que le interesa. Con ello se explican otros elementos contextuales: los participantes y las finalidades. El periódico, en su papel de emisor, informa sobre un evento de significación social, y el lector, en su rol de receptor, acude a las páginas del diario para satisfacer una necesidad de información.
Desde esta perspectiva, es posible entender la naturaleza del discurso periodístico, como una comunidad discursiva en el que participan unos emisores (editoriales, periódicos, revistas, medios audiovisuales, etcétera) que deben aportar información a unos receptores (lectores) que están ávidos de esa información.
Esto nos ayuda a comprender cómo es posible la negociación del significado en los titulares de prensa especializada y, especialmente, en el corpus analizado. Definidos quiénes participan y cuáles son sus finalidades, entendemos que los significados pueden ser inferidos debido a un tipo de cooperación existente entre los participantes.
En este aspecto es importante recordar la naturaleza del lector óptimo de este tipo de prensa especializada. En todos los casos estudiados, se supone que el lector exitoso ya conoce muchos de los elementos que conforman el titular. Es decir, con los pocos elementos dados, sabe si se refiere a un deportista, un equipo, una selección nacional, qué tipo de deporte se hace referencia, entre otros aspectos.

Regularidades del discurso
Este apartado encierra de alguna manera lo dicho en algunos de los puntos anteriores. Regularmente el discurso de los titulares de prensa deportiva brindan información sobre los logros de una personalidad o equipo en una disciplina deportiva específica. De este elemento se vale el receptor para darle sentido a los significados pretendidos por el emisor.

Uso del conocimiento del mundo
Por último, es fundamental conocer cómo tanto emisor como receptor apelan al conocimiento del mundo para hacerse entender. En este caso, tal como lo sugieren Brown y Yule (1993) podemos apelar a la metáfora computacional para explicar la forma como se procesa el discurso. Es posible procesar la información que brinda el titular de forma ascendente, es decir, a partir de los significados de las palabras y de la estructura oracional construimos un significado compuestos, o, por el contrario, hacemos un procesamiento descendente, en otras palabras, en función de los elementos contextuales inmediatos y mediatos del enunciado, inferimos su significado.
También es importante el saber enciclopédico que tengamos como lectores para inferir los significados. Por ejemplo, en T1, el elemento “llueva o truene” nos sugiere, a partir de nuestros saberes socio-culturales, que ello quiere decir que algo siempre ocurre a pesar de las circunstancias. Por ello, muchos de los lectores óptimos consultados sobre este título, dado el conocimiento previo que tenían sobre el elemento “Schumacher”, a quien ya conocían como corredor de autos de Fórmula Uno, inmediatamente reconstruían el enunciado de la siguiente forma: “Schumacher (gana) llueva o truene”.
A ello le sumamos el conocimiento previo (y profundo) que poseen los lectores de prensa deportiva sobre las informaciones que aparecen en ésta. En el corpus analizado, lo comentado anteriormente sobre el léxico especializado (Grandes Ligas, jonrón, empujadas), los anglicismos (crack, Fair Play, spring training), las referencias a eventos específicos (Sub-17, Malasia, Filadelfia, Liechtenstein), constituyen aspectos del saber socio-cultural que permiten al lector especializado inferir los significados pretendidos por el emisor.

Principio de cooperación de Grice
Algunos títulos de prensa deportiva y, especialmente, la del corpus analizado, podrían considerarse enunciados no convencionales, debido a la poca información que brindan y a las formas gramaticales no convencionales de algunos de ellos. Sin embargo, según Grice (1975), a pesar de la aparente falta de convencionalidad en algunas interacciones verbales, todos contribuimos a mantener la comunicación y para ello seguimos cuatro máximas: cantidad (suficiente y adecuada información), cualidad (veracidad), relación (pertinencia) y manera (claridad y orden), las cuales no son prescriptivas, sino preceptos a los cuales todos apelamos constantemente.
Como dijimos anteriormente, en la perspectiva de Grice, no importa la observación estricta de las máximas, sino la violación de las mismas. En su planteamiento, transgredimos las máximas para provocar una implicatura, en nuestro interlocutor.
Las máximas, especialmente las de cualidad y manera, son transgredidas para lograr un implicatura en el receptor.
Títulos Máximas transgredidas
T1: Schumacher llueva o truene Cualidad: Schumacher es un hombre y no puede llover ni tronar
Manera: La expresión no es clara y es ambigua
T2: ¡Evelio el crack! Manera: No se da suficiente información por lo que la expresión es casi incomprensible
T3: Llueven ofertas al crack Evelio Cualidad: La señal lingüística “Llueven” es incompatible con “ofertas”
Manera: Falta información. Expresión ambigua
T4: Bob Abreu líder criollo Cantidad: La información dada es inadecuada, pues no se brinda un elemento nuevo sobre Bob Abreu. Se infiere que es un deportista destacado, por lo que la señal “líder criollo” está de más
T5: Galarraga atronador Cualidad: Se atribuye a una persona una característica ambigua
Manera: Poca información
T6: España con “furia” Cualidad: Confiere un estado de ánimo a un país
Manera: Expresión ambigua y poco clara
T7: España e Italia ¡arrollaron! Cualidad: Se humanizan dos países
Manera: Expresión ambigua y poco clara
T8: Panteras ¡feroces! Cualidad: Un animal empleado por un equipo
Manera: Expresión ambigua y poco clara

Una vez establecido que las máximas conversacionales son transgredidas de manera deliberada por el emisor, es necesario intentar dar una explicación al porqué de dicha violación. Como mencionamos más arriba, quebrantamos las normas para provocar una implicatura. En T1, como ya hemos explicado, se dice “Schumacher llueva o truene” para indicar que bajo cualquier circunstancia climática, Michael Schumacher vence en las pistas de Fórmula Uno. En T2, se expresa “¡Evelio el crack!” para que el lector infiera que el jugador de fútbol Evelio Hernández, de la selección venezolana, fue el jugador más destacado de la jornada del día anterior. T3 se relaciona con el título del día anterior y expresa “Llueven ofertas al crack Evelio” para que el lector infiera que luego de la destacada participación del futbolista, muchos clubes se disputan su contrato. En fin, cada uno de los titulares rompe con la norma para resaltar lo que realmente quiere comunicar.

Conclusiones

Definitivamente, como dijimos al principio de este trabajo, no basta el conocimiento del idioma para lograr la comprensión de un texto. Brown y Yule (1993) explican de manera “pertinente” que el conocimiento que tenemos del lenguaje sólo es una parte de todo el saber socio-cultural que necesitamos para comunicarnos.
Para entendernos los unos a los otros apelamos a muchos elementos, además del lenguaje, del idioma. Apelamos a nuestra experiencia previa, a nuestras intenciones, a nuestros saberes, a nuestras capacidades de procesamiento cognitivo, en fin, a muchos factores extralingüísticos o pragmáticos, pero que de igual forma determinan el uso del lenguaje.
Entender cuáles son los elementos en los que se basa el lector para comprender exitosamente los títulos de las primeras páginas en la prensa especializada (en este caso deportiva) sirve, por una parte, para conocer la naturaleza de la sociedad moderna y la justificación del discurso periodístico. Pero también, por otra parte, estudiar este tipo de fenómeno ayuda a realizar un periodismo más efectivo y consciente.
Todo periodista, necesariamente, debe tener un conocimiento profundo de cómo su lector procesa la información que le ofrece el profesional de la comunicación día a día a través de los diarios y otros medios masivos.
Sólo así será posible hacer un mejor periodismo.

Referencias bibliográficas

ANGULO, L. (1998). La primera plana de los diarios como texto. Revista Mediática N°1, Caracas:
Universidad Central de Venezuela
BERTUCELLI P, M (1993). Qué es la pragmática. Barcelona: Paidós, 1996
BROWN, G. y YULE G. (1993). Análisis del discurso. Madrid: Visor
CALSAMIGLIA, H. y TUSON A. (1999). Las cosas del decir. Manual de Análisis del Discurso.
Barcelona: Ariel
ESCANDELL, M. (1999). Introducción a la pragmática. Barcelona: Ariel
KAYSER, J. (1974). El diario francés. Barcelona: ATE
SHIRO, M. (1990). Un estudio de las inferencias en el discurso escrito. Inédito. Caracas:
Universidad Central de Venezuela
TUSON, A. (1997). Análisis de la conversación. Barcelona: Ariel
VAN DIJK, T. (1980). La noticia como discurso. Barcelona: Paidós, 1990
VVAA (1996). Libro de Estilo El País. Madrid: Ediciones El País
VVAA (1998). El Nacional Manual de Estilo. Caracas: Editorial CEC

4 comentarios

Raúl Cazal -

No es tan obvio, querid@ aspivina, especialmente porque el dicho no es tan exacto como lo presenta el título. Allí hay un giro que va más allá del intertexto y tiene que ver con el intermedia. Especialmente porque una noticia en estos tiempos donde la radio y la televisión ya lo han dicho todo, poco le queda al impreso más que llamar la atención con titulares que tienen que decir más de lo que audiovisualmente ya sabemos. Creo que el profesor Núñez Aldazoro se detiene en la frase para estudiarla y no pasarla por obvia. Dejar pasar una titular como ese tiene un objeto muy claro que está explicado finamente el texto. De no ser un trabajo sobre el estudio del discurso, el titular objeto de esta discusión sería un “periódico de ayer” que seguro nadie recuerda ni recordará.

aspivina -

Ah, profesor, de verdad, no sé porque tu título me pica tanto, pero no puedo callar: Es un diario deportivo por dios!!!!
Además, estoy segura de que en Venezuela el mínimo 70% de los aqui vivimos sabemos el dicho "llueve..."

aspivina -

Por qué el pollo cruzó la calle?
Creo que: Schumacher "Gana", "Ganó" o "Ganará" llueva, truene o "relampaguee". No hace falta más...